El Templo de las 3 Ventanas
El Templo de las 3 Ventanas es una de las construcciones más sorprendentes de Machu Picchu. El tallado de sus muros es perfecto. Existen varias hipótesis sobre el por qué construyeron allí tres enormes ventanas con vistas increíbles del conjunto de montañas. Se presume que la finalidad fue la de adorar a los dioses incas, especialmente a los que custodian el mundo tripartido de los incas: el mundo celestial (Hanan pacha), el mundo terrenal (Kay pacha) y el inframundo (Uku pacha).
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El templo de las Tres Ventanas de Machu Picchu
A solo unos pasos de la Plaza Principal, en el corazón del sector religioso, se encuentra este templo, uno de los más asombrosos de Machu Picchu. Se trata de un inmenso muro trapezoidal, de 10 metros de largo y 4 metros de ancho, construido con inmensas piedras tallados y ensamblados a la perfección.
Las tres ventanas también son trapezoidales. A ambos lados existen dos ventanas adicionales cerradas (a manera de hornacinas) donde los incas dejaban objetos ceremoniales de oro y plata. Dichas construcciones actualmente están cerrados a las visitas.
El templo cumplió una función religiosa. La piedra de granito blanco con la que fue construido posee un tallado distinto al resto de construcciones a Machu Picchu. La fineza de sus muros indica que fue uno de las edificaciones más importantes de la ciudadela.
A pocos pasos de este templo existen otras construcciones con finalidad religiosa de gran importancia: el Templo Principal, el Templo del Sol y el Intihuatana.
La trilogía inca
Sobre los rituales religiosos que se realizaban en el Templo de las 3 Ventanas existen muchas hipótesis. Se cree que se adoraba la cosmovisión inca del mundo repartido en tres mundos: el mundo celestial (Hanan pacha), el mundo terrenal (Kay pacha) y el inframundo (Uku pacha).
Para los incas el Hanan pacha era el mundo de los dioses, de los seres celestiales (el sol, la luna, las estrellas). El Kay pacha era el mundo terrenal, de los hombres y animales. Finalmente, el Uku pacha era el mundo de los muertos, de los seres que esperan reencarnarse para volver al mundo terrenal.
El mundo tripartido de los incas era representado por tres animales: el cóndor (kuntur), el puma (puma) y la serpiente (amaru). El ‘tres’ está presente en muchas de las construcciones incas como en la ‘chakana’ (también llamada la cruz andina) presente en el Templo del Sol de Ollantaytambo.
La inscripción en la piedra
En el muro del Templo de las Tres Ventanas existía una inscripción fechada el 14 de julio de 1902 donde se visualizaba “Agustín Lizárraga, Enrique Palma, Justo Ochoa y Gabino Sánchez. Todos ellos fueron cusqueños que habitaban los alrededores del lugar. Agustín Lizárraga era el arrendatario de las tierras. Los demás eran trabajadores suyos.
Nueve años después de aquella visita a Machu Picchu, en 911, llegó a la ciudad inca el explorador estadounidense Hiram Bingham. En una de las fotos de su libro ‘La ciudad perdida de los incas’, se difundió la foto con la inscripción mencionada.
Luego de su visita a Machu Picchu en 1911, Hiram Bingham y su equipo exploratorio borraron la inscripción en el Templo de las 3 Ventanas.
¿Cómo llegar allí?
Cualquier entrada a Machu Picchu permite visitar el Templo de las 3 Ventanas. Este recinto permanece abierto todos los días del año en el horario establecido: desde las 6 de la mañana hasta las 5 de la tarde.
Para llegar allí se debe de caminar unos aproximadamente unos 30 minutos desde el ingreso a Machu Picchu. El templo está en pleno sector religioso, a un costado del famoso Templo Principal.
Más información
El Templo de las 3 Ventanas fue construido con el banco de piedra situado en Machu Picchu (a pocos metros del lugar). La construcción de la ciudadela inca tiene estrecha relación con la existencia del inmenso banco de piedras.
A través de las ventanas del templo se logra apreciar la montaña Huayna Picchu así como la salida del sol y su posición en el cielo. Actualmente no está permitido tocar la estructura ni asomarse por las ventanas. Solo se permite observar dicha construcción a una distancia prudente.
Por Imachupicchu – Ultima actualización, 24 de marzo de 2023